martes, 7 de diciembre de 2010

MARTHA CHAPA / VERENICE NARANJO: MUSEOGRAFÍA DE LA EXPOSICIÓN EL JOLGORIO DE LOS COLORES

El restaurante "El Jolgorio" tiene el honor de invitarle a la Exposición "El Jolgorio de los Colores", de las pintoras Martha Chapa y Verenice Naranjo.

Una propuesta visual que complementa e hilvana una singular visión de la continuidad humana; desde el eterno paraíso que propone y convoca Martha Chapa, a través de sus manzanas; hasta la idea de un renacimiento permanente a que conducen la energía de los colores y el alma de los personajes -que parecen siempre saludarnos- desde el interior de los cuadros de Verenice Naranjo.

Como pocos elementos vitales; los colores, los sonidos, los sabores y los aromas, nos logran conectar con los demás; son la base cultural en cualquier geografía.
Y pensando precisamente en esto, la propuesta del lugar es servir como telón de fondo para un desfile donde la constante sea la fusión de los placeres. La creación de un espacio donde la mirada pueda descubrir y disfrutar en los muros, motivos para echar a volar la imaginación, al tiempo que el paladar degusta un abanico de platillos creados por la firma del chef Rodrigo Llanes, uno de los más reconocidos e innovadores creativos de la nueva cocina mexicana.

La idea de reunir en un mismo espacio arte y gastronomía no es nueva, sin embargo, en esta ocasión conoce una feliz novedad; agrega el toque y el sabor que sólo puede detonar la amistad:
La fusión mágica que todo lo hace posible.


EL JOLGORIO DE LOS SABORES

Las pintoras agradecen el apoyo de los anfitriones de "El Jolgorio":
Don Juventino Castro y Castro, Víctor Trujillo y el Chef. Rodrigo Llanes.


La exposición permanecerá toda la temporada, hasta finales de diciembre.

El restaurante tiene tres niveles, con tres distintas propuestas, desde donde beber un café con un bagel, pasando por una excelente ensalada o una comida para el mediodía, hasta llegar a los platillos más sofisticados, ideales para la cena.
La vista del lugar resulta entrañable, hacia la fuente de la Cibeles.

A fin de compartir su arte con el mayor número posible de personas, ambas artistas proponen una serie de espléndidas obras realizadas en papel de algodón; en técnicas de óleo, monotipia, acuarela y grabado. Además del cuerpo principal de las 22 obras en óleo, sobre tela.



EL JOLGORIO:

Plaza villa de Madrid no. 9
Col. Roma C.P. 06300
Frente a la Glorieta de la Cibeles
(La mejor razón para bajar en la parada Turibus Cibeles:
Para ver arte y degustar un platillo)




EL JOLGORIO DE LOS COLORES: LA VISIÓN DE DOS MIRADAS

MARTHA CHAPA

La obra que nos presenta Martha Chapa transita por los senderos de la luz, en una constante evocación que mira al pasado de aquel paraíso perdido y vislumbra en el futuro, un paraíso mayor. Las aves presentes en su obra, nos hablan de la sabiduría, de los sueños, de la fragilidad y a un mismo tiempo de la eternidad; de una naturaleza que se perpetúa a sí misma.

Los colores sólidos de su paleta, son el material idóneo para construir imágenes y crear paisajes donde la manzana es la protagonista de un mar de historias por las que navega nuestra mirada, al tiempo que nos permite explorar el mundo de imaginación de la artista.

Los búhos con su sabiduría milenaria parecen interrogarnos, en tanto la fragilidad del aleteo del colibrí nos da respuestas certeras que reflexionan de frente a nuestra propia fragilidad humana.

Los títulos de sus obras, nos sugieren la materia prima, las emociones que forjan su impulso creativo… así se nos revela la pasión de Martha por los jardines de flores coloridas desde donde percibimos ese “camino de fragancia”.

Otras de sus obras son: “Equilibrista”; “Guarida”; “Encuentro nocturno” y “El ojo en la cerradura”, que nos invitan a dar rienda suelta a la interpretación y descubrir que el proceso creativo, es un camino de dos sentidos, donde resulta igual de importante la propuesta de la autora como la apropiación de la historia por parte del observador.

Manzanas siempre vivas, latiendo, que van sembrando en esas pinceladas de claro-oscuros la huella de una artista consolidada, que hoy comparte con nosotros su mirada.



VERENICE NARANJO GARCÍA

Presenta una obra luminosa donde la energía de los colores y personajes, trazan un camino estético, al tiempo que proponen una inagotable fuente de ideas para detonar reflexiones en torno a la libertad, la creatividad y la conciencia.

En su cuadro “Persona viendo el cosmos desde un agujero de luz” sintetiza en un par de trazos, el rostro de un personaje cuya expresión serena y mirada elevada nos comunica que estamos frente a alguien ha descubriendo esa rendija de luz que nos conecta con el resto de la vía láctea; con esa inmensidad apenas abarcable por la mente humana. En contraste, en su lienzo “Pasos por la bóveda celeste” nos propone la percepción del ser humano que se reconoce como un caminante del universo, con una serie de huellas creadas por los pasos de los pies de la propia autora –que se van difuminando poco a poco.

Resulta visible la influencia prehispánica en la obra de Verenice Naranjo García - la presencia de la identidad maya y tolteca saltan a la vista- con signos y símbolos que conforman nuestra identidad cultural mexicana. De igual manera, sus colores, temas y trazos revelan de inmediato el rastro cosmopolita que ha dejado en su mirada, las ciudades por las que ha caminado, cosechando imágenes.

Mención aparte merece el cuadro titulado “Cornelius”, en el que dicho personaje parece condensar el alma no sólo de la autora, sino también y más importante, parece condensar el espíritu de todo espectador; donde la pintora no es sino una observadora más.

A través de la obra de Verenice, asoman las pasiones y aficiones que cultiva; se descubre lo mismo su admiración por la arquitectura que su gusto por la fotografía; también es posible identificar la ruta de su pasión literaria y musical como el eje principal de sus coordenadas; pero sobre todo -en esta ocasión- su obra nos hace un guiño y nos confiesa de forma abierta su rendición frente a los placeres de la gastronomía.

Y así, en tanto su “Máquina de café” nos evoca las nubes aromáticas que se desprenden al momento de preparar esta exquisita bebida, su cuadro “Cubos de pie de limón con crema batida en salsa de frambuesa” nos revela su sentido del humor… al retomar y jugar con la frase “Si la vida te da limones, haz una limonada”… donde los frutos se convierten en el apreciado ingrediente cítrico para “edificar” un imaginativo postre que degustar y compartir.

Para concluir, en este cuadro en particular, es posible detener el horizonte de la mirada en los ángulos de los cubos, para darnos cuenta que el espacio y las dimensiones, al igual que el movimiento y su velocidad, habitan y transitan los límites de nuestra propia imaginación.

Verenice Naranjo comparte así -de manera generosa- la visión de su mirada.